«Soberano, tú eres el que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y que mediante el EspÃritu Santo por boca de nuestro padre David, tu siervo, dijiste:
¿Por qué se amotinaron las naciones
y los pueblos tramaron cosas vanas?
Se levantaron los reyes de la tierra
y sus gobernantes consultaron unidos contra el Señor y contra su Ungido.
Porque verdaderamente, tanto Herodes como Poncio Pilato con los gentiles y el pueblo de Israel se reunieron en esta ciudad contra tu santo Siervo Jesús, al cual ungiste, para llevar a cabo lo que tu mano y tu consejo habÃan determinado de antemano que habÃa de ser hecho. Y ahora, Señor, mira sus amenazas y concede a tus siervos que hablen tu palabra con toda valentÃa. Extiende tu mano para que sean hechas sanidades, señales y prodigios en el nombre de tu santo Siervo Jesús»
Hechos 4:24-30